SANTIAGO DE COMPOSTELA.
Explorar la obra de un artista en su totalidad nos permite apreciar su evolución y dedicación. Tal es el caso de Antón Lamazares (Maceira, Lalín, Pontevedra, 1954), cuya trayectoria de cincuenta años revela su singularidad en el contexto artístico de Galicia, España y el mundo. Su curiosidad y sus viajes han moldeado una obra única y profunda.
Revisitar la obra de Lamazares es redescubrir su esencia, iluminando sus inicios y permitiendo una nueva valoración de su arte. Las capas del tiempo enriquecen sus piezas, ofreciendo una observación renovada.
Esta exposición ofrece una oportunidad única para apreciar la originalidad de Lamazares. Su trabajo, especialmente su «Alfabeto Delfín», nos invita a experimentar el silencio y la contemplación. Este alfabeto, con su audaz claridad, nos conecta con formas puras y el dibujo esencial que da vida a las palabras.
Contemplar la obra de Lamazares es adentrarse en un universo de humildad, sencillez, vigor, coraje y amor. Su arte nos ofrece una experiencia profunda y auténtica, llena de verdad y silencio.
La exposición podrá visitarse hasta el 1 septiembre, en el hall, planta baja, primera planta, doble espacio y sótano del CGAC, situado en Rúa Valle Inclán, 2 de Santiago de Compostela.
Fotos. CGAC / Centro Galego de Arte Contemporánea.
