
MILÁN.
Entrar en Palazzo Fendi durante la presentación de la colección SS26 fue como sumergirse en un universo vibrante de color y movimiento. Marc Newson, conocido por su capacidad de transformar espacios, convirtió la pasarela en un campo de cajas pixeladas que no solo decoraba, sino que interactuaba con cada prenda, con cada paso de los modelos. Desde lo alto, los bloques parecen los píxeles de una imagen digital; de cerca, su superficie se mueve sutilmente, creando patrones que cambian según la luz, la perspectiva y el ritmo del desfile.
El efecto es hipnótico. Cada chaqueta, vestido o abrigo se percibe diferente según dónde se mire: los dobladillos abullonados, los blazers cortos y los abrigos amplios cobran volumen y presencia frente al paisaje cambiante de píxeles. Los materiales —organza, jacquard, algodón, cuero, tejidos técnicos— parecen cobrar vida propia, absorbiendo y reflejando los colores del set: blanco, amarillo, turquesa, rojo, rosa y coral. La polícroma coreografía de Newson no solo acompaña a la colección, sino que la transforma, enfatizando la arquitectura de cada prenda.

La música de Frédéric Sanchez, una mezcla de ópera, cine italiano y electrónica, completa la experiencia sensorial, marcando un ritmo que acompaña a la vez a los modelos y a las cajas en movimiento. Lo que vemos no es solo un desfile; es un ecosistema en el que moda, diseño y sonido dialogan, donde cada detalle contribuye a una narrativa visual que celebra el color, la forma y la transformación constante.

FENDI SS26 no se limita a mostrar ropa: nos recuerda que la moda puede ser experiencia, espacio y emoción. Y en ese espacio, Marc Newson demuestra que un set bien pensado puede ser tan protagonista como las propias prendas, invitando al espectador a mirar más allá del hilo y la tela, hacia un paisaje donde cada píxel cuenta.

Fotografías: Marc Newson