MADRID.
El disñedor Lucas Muñoz ha sido el responsable de una intervención exhaustiva del espacio con total implicación en sus procesos constructivos y creativos: desde la demolición hasta la construcción, desde el aprovisionamiento hasta la ejecución en este local de restauración inaugurado el pasado año. Se trata de un proyecto con un alcance en la redefinición de las tradiciones y técnicas de la arquitectura, el diseño y el consumo y, dentro del cual, el proceso creativo y constructivo pasa a formar parte de la identidad de MO de Movimiento.
El restaurante Mo de Movimiento es un compendio de varias técnicas y estrategias dominadas por el autor a lo largo de su carrera. Los sistemas de ventilación basados en terracota y agua son los corazones de enfriamiento de una construcción que despliega un sistema de gestión del agua complejo, pero simple. Estos elementos de arcilla roja enfrían el aire seco y caliente de Madrid a través de un intercambio adiabático de temperatura, en una combinación innovadora de conocimiento vernáculo y baja tecnología, creada específicamente para este lugar por Lucas y su equipo.
Además, el espacio calienta su propia agua utilizando la energía remanente de sus dos hornos de pizza hechos a mano, hay una triple filtración del suministro de agua y, bombeado a través de diferentes depósitos, el agua de las manos se reutiliza para descargar los inodoros, así como el agua de lluvia y el remanente de los sistemas de enfriamiento de terracota mencionados, se impulsan para alimentar el jardín. El agua es un recurso escaso en Madrid, y el proyecto de Lucas para Mo de Movimiento es un diseño que cuenta con cada gota para una cadena de funciones de refrigeración, limpieza y jardinería.
Además, el diseño de cada elemento del restaurante responde a un proceso que toma al planeta como accionista en las negociaciones. El reciclaje, el up-cycling o, simplemente, el uso adecuado de los materiales adecuados para los fines correctos, se han definido conscientemente para cada intervención. Hay un respeto al ciclo de vida de cada material que compone esos elementos, y este ha sido el resultado final desde donde crear el proyecto. Por lo tanto, todos los elementos están concebidos para un ciclo de vida que incluye el mantenimiento y la reparación en su diseño, así como toma la descomposición y la degradación como elementos y variables en el proceso de diseño. La intervención utiliza el envejecimiento como recurso y el espacio está concebido para evolucionar hacia su diseño final, permitiendo que la naturaleza y el uso humano sean algunos de los actores principales en su realización, mientras que su público será testigo participante de esta evolución.
Fotos: Lucas Muñoz Muñoz.