MADRID
Dedicada a una de las figuras más enigmáticas del arte del siglo XX, esta exposición presenta un conjunto significativo de obras de James Lee Byars (1932-1997), destacando su profunda exploración más allá de los límites de la lógica. Byars fusionó misticismo, espiritualidad y corporalidad en un lenguaje visual y performativo que incluye escultura, instalación, performance, dibujo, palabra y montaje de exposiciones concebidas como instalaciones.
A finales de los años 50 y durante los 60, Byars vivió entre Japón y Estados Unidos, influenciando notablemente su obra. Además, mantuvo lazos estrechos con Italia, especialmente Venecia, donde residió y trabajó en los años 80. Su obra combina el conocimiento del arte y la filosofía occidentales con elementos de tradiciones orientales, como el teatro nō y el budismo zen, creando una visión única de la realidad.
Byars involucró al público mediante acciones temporales y grandes intervenciones, planteando preguntas de manera directa o indirecta. Su presencia carismática, sus gestos y rituales eran esenciales para su obra, lo que ha generado interrogantes sobre las conexiones visuales y simbólicas de su legado.
La muestra se ha organizado teniendo en cuenta el planteamiento conceptual del artista y el espacio expositivo del Palacio de Velázquez, cuya simetría resalta la monumentalidad y simplicidad geométrica de las piezas. Se exhiben obras de gran formato en materiales preciosos como mármol, seda, pan de oro y cristal, combinados con geometrías mínimas y arquetípicas como prismas, esferas y pilares.
La exposición podrá verse en hasta el 1 septiembre en el Parque del Retiro, Palacio de Velázquez.
Fotos: Museo Reina Sofía.