LONDRES.
La nueva pop-up store de Bottega Veneta se construye como un espacio tejido, donde cada mueble y elemento expositivo encaja como parte de un sistema entrelazado. Los materiales, que combinan hormigón y nogal italiano, remiten tanto al patrón Intrecciato, sello distintivo de la firma, como a la arquitectura modernista de la región del Véneto, lugar de origen de la casa. La piel suave, presente en diversos detalles, refuerza la sensación de continuidad y artesanía en todo el recorrido.
El interior se ilumina con una colección cápsula en verde esmeralda, color emblemático de Harrods y de Bottega Veneta, mientras que el lanzamiento de Mezzanotte, un conjunto de perfumes amaderados, añade una capa sensorial que transforma la visita en una experiencia integral.
La identidad visual del proyecto surge de la campaña Craft is our Language, capturada por Jack Davison, que centra la atención en las manos como símbolo de creación, comunicación y cercanía. Inspirada en el trabajo del diseñador y artista italiano Bruno Munari, esta propuesta recuerda que cada gesto tiene significado, convirtiendo la mano del artesano en protagonista de la historia del espacio y de los objetos que lo habitan.
Fotos: Bottega Veneta & Harrods.
