Por José María Ruiz.
NUEVA YORK.
La artista Tamara Kostianovsky a través de su obra se adentra en cuestiones fundamentales como el medio ambiente, la violencia y la cultura del consumismo, emplea con frecuencia ropa desechada para dar vida a esculturas, pinturas e instalaciones de una naturaleza visceral y sumamente detallada.
Su obra no se limita a la mera expresión artística; más bien, aspira a una profunda reimaginación de los modelos de derechos humanos y redención medioambiental. Kostianovsky nos desafía a considerar la violencia resultante como una parte inextricable de un sistema más amplio, una perspectiva que saca a la luz la interconexión de estos temas fundamentales.
Lo que hace que el trabajo de Kostianovsky sea verdaderamente impactante es su habilidad para crear entornos inmersivos a partir de los vestigios de la cultura del consumismo.
Nacida en Jerusalén, Israel, en 1974, pasó su juventud en Buenos Aires, Argentina. Sus cimientos artísticos se establecieron con una Licenciatura en Bellas Artes otorgada por la Escuela Nacional de Bellas Artes «Prilidiano Pueyrredón» en Buenos Aires en 1998, seguida de una Maestría en Bellas Artes de la Academia de Bellas Artes de Pensilvania en Filadelfia en 2003. Su formación y trayectoria artística reflejan la profundidad de su compromiso con su obra y la importancia de su mensaje.
Fotos: Tamara Kostianovsky.