NOWHERE

MOSCÚ.

Gregory Orekhov acaba de prsentar su trabajo más reciente en el parque Malevich situado en Moscú y que ha titulado como ‘Nowhere’.

La última instalación de arte público de Orekhov muestra una alfombra roja de 250 metros de largo hecha de polipropileno, que se extiende por el bosque nevado. Rodeada por el vasto paisaje natural, la alfombra parece una línea interminable dibujada sobre un lienzo blanco.

Como sabemos, históricamente, la alfombra roja ha tenido un significado ceremonial: el camino de los ganadores. Desde la época de Agamenón, la alfombra roja ha sido dispuesta para recibir a los líderes y la realeza, atribuyéndoles una chispa divina. En la época soviética, el rojo, el color sagrado, marcaba la ruta que tomaban los jefes de estado en ocasiones ceremoniales y oficiales. Hoy en día, por ejemplo, es utilizada en la ceremonia de los Oscar en Los Ángeles o en el festival de Cine de Cannes, donde la alfombra roja celebra la gloriosa entrada de las celebridades, al mismo tiempo que les da una calurosa bienvenida al recinto.

Caminando por la alfombra roja de Orekhov, los visitantes asumen el papel de estrellas o gobernantes. Sin embargo, al final, están demasiado fascinados por el paisaje circundante como para prestar atención a sí mismos. De esta manera, el artista enfatiza que el deseo de fama, riqueza y poder es insignificante cuando se trata de la grandeza del universo y la naturaleza. A través de esta instalación, Orekhov busca plantear también al público la siguiente pregunta: «¿Dónde está la línea roja, la línea prohibida que no debe cruzarse bajo ninguna circunstancia?». La oportunidad de interactuar con el trabajo de Orekhov, cruzar literalmente la línea roja, permite mirar el problema desde un nuevo ángulo y volver a trazar los límites de lo que es aceptable.

Fotos: Nikita Subbotin

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