MADRID. María Isabel Alvarez Cornejo.
La Casa Encendida muestra la exposición, El ojo eléctrico, comisariada por Antonia Gaeta y Pilar Soler, que se centra en la presentación de una serie de obras que utilizan el lenguaje artístico para desvelar un enigmático viaje de ida y vuelta entre varias dimensiones o entre una realidad visible e invisible, mediante mensajes encriptados que usan estructuras cosmológicas como soporte de realidades y mundos dispares, muchas veces deliberadamente oscuros y de complicada iconografía.
El entendimiento de estas obras radica en el encuentro entre formas y significados que congregan entidades y figuras tutelares. Un proyecto sobre el misterio en el significado y la presencia oculta. La exposición dramatiza estos elementos como si fueran memorias transitorias que se materializan en realidades múltiples y complejas, cálculos concretos, pirámides de poder, apatías combatidas con la concretización de una misión visionaria.
Lo que se acentúa es una desafiadora imposibilidad de descifrar en su totalidad el mensaje inscrito en las obras, ya que muchas veces los artistas actúan como mediadores entre el mundo racional y otro desconocido o trascendental. Estas obras se convierten en relatos del inconsciente y asumen, sin querer, aspectos subversivos ante el discurso de orden establecido. Cuestionan los límites de la razón a través de diferentes mensajes codificados, fórmulas, figuras inventadas y códigos secretos. Siempre queda algo oculto que se convierte en enigma y que emerge como el único espacio posible de liberación ante su condición patológica. El proyecto expositivo, pensado en esos términos, muestra la fuerza de los procesos subjetivos, obsesiones compulsivas y visiones fantásticas.
Del 11 de octubre al 05 de enero de 2020 en la Casa Encendida. Ronda de Valencia, 2, 28012. Madrid. Fotos: La Casa Encendida.